El tarot es un viejo conocido para la mayor parte de las personas que transitan el sendero siniestro. El uso que se le otorga al mismo depende del propósito del consultante, pero más allá de las artes oscuras o lo espiritual, una útil función de un mazo de tarot es aquella destinada al desarrollo personal.
Este fin de reflexión es del que se sirve la CTO como medio para la autoexploración, para la reflexión y para, en definitiva, el crecimiento personal. De este modo, el tarot no supone un método para la clarividencia ni asume ninguna connotación esotérica. Se trata de utilizar las cartas como herramientas para el propósito de reflexión y autoconocimiento.
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La utilización del tarot para el propósito de reflexión y autoconocimiento se puede realizar de múltiples modos. No existe una mejor manera de hacerlo que otra. Cualquier metodología es factible y la elección de la misma quedará en el criterio del propio consultante.
No obstante, como medio de guía, se pueden seguir los siguientes pasos:
1. Preparación y clarificación de la pregunta: Antes de comenzar, es necesario destinar un período de tiempo para definir la pregunta o el tema sobre el que se quiere reflexionar. El tiempo otorgado a este propósito dependerá del propio consultante, aunque no suelen hacer falta más de unos minutos. El tipo de consulta puede ser desde una pregunta concreta hasta una situación incómoda o problemática o un aspecto interno que se quiere explorar.
2. Pregunta: Una vez realizada la reflexión, se debe realizar la pregunta lo más concisa y claramente posible. Cuanto más específica sea la cuestión sobre la que se pregunta, más efectivamente se podrá elaborar la asociación con los arcanos del tarot.
3. Baraja y selección de cartas: En este paso se barajan las cartas del mazo mientras se sigue concentrado en la consulta que se va a realizar. Cuando el consultante considere que está listo, deberá cortar la baraja y seleccionar las cartas para la consulta.
4. Examinar las cartas: Dispuestas las cartas, se observan y estudian los elementos de las mismas, así como su posición, y se realiza una asociación con el tema consultado. Para logar realizar una asociación efectiva se pueden formular preguntas tales como: ¿Qué aspectos de la carta resuenan conmigo? ¿Qué emociones o pensamientos me evoca?
5. Interpretación y exploración: Se trata de utilizar las cartas como punto de partida para explorar más a fondo la pregunta o tema. En este punto se realiza una asociación entre los elementos de las cartas y los diferentes aspectos de la consulta. Es útil formularse preguntas tales como: ¿Qué mensajes o lecciones puedo extraer de la carta? ¿Cómo puedo aplicar estos aprendizajes en mi vida?
6. Registro y reflexión: Es muy recomendable (aunque no necesario) tener un “Diario de Tarot” en el que se registren las reflexiones y observaciones de las tiradas realizadas. En este diario se apuntará la fecha de la consulta y la pregunta elegida. Escribir las inquietudes y problemas, así como una reflexión sobre los mismos, es un modo muy eficaz para la aclaración de ideas. Esto ocurre porque la escritura sobre un tema que nos preocupa nos obliga a organizar nuestros pensamientos de manera coherente. Esto es eficaz para visualizar la situación con mayor claridad y para identificar los aspectos clave que necesitamos abordar.
Asimismo, escribir sobre nuestras preocupaciones puede ayudarnos a procesar nuestras emociones relacionadas con el tema. Poner nuestros sentimientos en palabras puede ser terapéutico y nos permite explorar las propias reacciones emocionales de manera más profunda.
Cuando anotamos o desarrollamos por escrito una preocupación, además, podemos alejarnos de la situación y verla desde una perspectiva más objetiva. Esto nos permite evaluar la situación de manera más imparcial y considerar diferentes puntos de vista.
De este modo, escribir sobre una inquietud nos permite explorar posibles soluciones de manera más sistemática. Al organizar nuestros pensamientos por escrito, podemos generar ideas creativas y considerar diferentes enfoques para abordar el problema.
Este registro permite que se identifique un patrón, ya sea de comportamiento o situacional, sobre diferentes cuestiones que consideramos importantes. Si se trata, por ejemplo, de problemas o conflictos, se podrá observar si el origen está en nosotros mismos y así poder corregir un esquema de comportamiento o acción que nos perjudica y del que no éramos conscientes.
Un Diario de Tarot, por consiguiente, nos proporciona un registro tangible de nuestros pensamientos y reflexiones en un momento dado. Esto puede ser útil para hacer un seguimiento del progreso a lo largo del tiempo y para revisar cómo hemos abordado el problema en el pasado.
7. Identificación: Si se identifica un patrón de comportamiento o circunstancial es necesario considerar si se puede realizar algún cambio en la vida que mejore determinados tipos de situaciones indeseadas. Si no se localiza un patrón, se debe identificar el problema y describirlo del modo más exacto posible. En esta identificación no se deben realizar juicios sobre la cuestión, sino abordarla del modo más objetivo posible. Para ello, es útil imaginar que es un amigo quien nos cuenta la situación, con el fin de situarse como un observador hacia la misma y no como un participante. Para este paso, se pueden formular una serie de preguntas, tales como: ¿En qué consiste lo que está ocurriendo?, ¿Entiendo adecuadamente esta situación? Si la consulta es sobre un problema, se puede, asimismo, plantear las siguientes preguntas: ¿Se puede replantear esta circunstancia desde otra perspectiva diferente? ¿Puede descomponerse el problema en partes? ¿Tengo suficiente información sobre esta situación? ¿Es similar este problema a otro anteriormente resuelto? En el caso de que las respuestas sean negativas, se volverá a realizar una consulta centrada en la pregunta en cuestión.
8. Respuestas: En este punto se apuntan las respuestas del paso anterior. De este modo, a la pregunta de “¿Se puede replantear esta circunstancia desde otra perspectiva diferente?”, se responderá barajando otras perspectivas posibles. Este sistema facilita la capacidad empática hacia las personas implicadas y hacia la situación. Asimismo, se descompondrá el problema por partes. En ocasiones, una crisis o una situación se percibe como inabordable porque encierra muchas cuestiones subyacentes que la convierten en algo que vivimos como enorme. Si el problema se divide en pequeños problemas, estos se podrán abordar, uno por uno, con facilidad. Realizando una tosca analogía, se trataría del mismo fenómeno que cuando algo se queda atascado en un embudo, por ejemplo. Si la sustancia en cuestión es de un tamaño grande, no puede circular por la parte estrecha del embudo, pero si esta materia se desmenuza, podrá pasar fácilmente.
9. Generar alternativas: Una vez identificado y comprendido el problema que encierra la consulta, hay que examinar las distintas vías de actuación posibles. En este sentido, todas las alternativas y ocurrencias son válidas. Se trata de crear el mayor número posible de alternativas. Para ello se pueden utilizar diferentes métodos.
10. Elegir alternativa: Se trata de reunir las conclusiones de las posibles alternativas para establecer metas eficaces y viables. En este caso se pueden considerar varias de las opciones anteriormente expuestas o una única conclusión si se cree que es la única realizable. Para ello es eficaz contar con una serie de parámetros: ¿Qué conclusiones anteriores son más adecuadas? ¿Cuáles son más fáciles de poner en práctica? ¿Cuál me va a aportar más beneficios?
11. El plan de acción: Consiste en poner en práctica las estrategias anteriormente elegidas. El objetivo es solucionar totalmente el problema o hacer que la acción sugiera tomar un nuevo curso. Es importante disponer de un tiempo necesario para desarrollar esta etapa.
Puede que el plan de acción no de los resultados esperados o que el resultado obtenido no proporcione la solución al problema que se busca. En este caso, se evaluará el punto o los puntos en los que el plan de acción haya podido fallar y se retomarán las alternativas con el fin de escoger otra y hacer un nuevo plan de acción que no contemple los aspectos que han hecho que el otro fracase.
Este protocolo de fases es un medio de guía que puede servir de orientación, pero únicamente se trata de uno de los usos que se puede obtener de una consulta de tarot.
El éxito de este procedimiento se obtiene con la práctica y con una actitud favorable hacia el mismo. Es muy importante no angustiarse con la aparición de una consulta que causa incertidumbre o angustia, ya que esto supone un obstáculo en su solución. Es necesario partir de la base de que todo problema, por defecto, tiene una solución inherente al mismo. La conclusión del problema puede ser más o menos efectiva, más o menos prolongada o más o menos dificultosa. Para llegar a la misma, en ocasiones, habrá que descomponer el problema, utilizar diferentes estrategias o comenzar varias veces el proceso de solución.